LA PATERNAL CINE AMBULANTE
El cineclú itinerante del barrio de La Paternal
Invita a su cuarta proyección:
Los Traidores
de Raymundo Gleyzer y Cine de la Base
cortometraje: Ocho horas para el trabajo, ocho horas para el sueño, y ocho horas para la casa (2008)
Jueves 30 de abril 2009
19.30 hs
Fábrica de chocolates Arrufat - Cooperativa Vivise
Tres Arroyos 761
GRATIS, EN LA FÁBRICA DE CHOCOLATES RECUPERADA
Ficha técnica:
Ocho horas para el trabajo, ocho horas para el sueño, y ocho horas para la casa (2008), cortometraje de la Comisión x la Memoria y la Justicia de La Paternal y Villa Mitre, sobre la historia del 1 de Mayo en Chicago, en Argentina, y su relación con el surgimiento de la Asociación Atlética Argentinos Juniors a principios del siglo XX.
Los traidores (1973)
Género: Ficción
Dirección: Raymundo Gleyzer / Cine de la Base
Guión: Raymundo Gleyzer, Álvaro Melián, Víctor Proncet.
Elenco: Víctor Proncet, Raúl Fraire, Susana Lanteri, Mario Luciano, Lautaro Murúa, etc.
Género: Ficción
Dirección: Raymundo Gleyzer / Cine de la Base
Guión: Raymundo Gleyzer, Álvaro Melián, Víctor Proncet.
Elenco: Víctor Proncet, Raúl Fraire, Susana Lanteri, Mario Luciano, Lautaro Murúa, etc.
Sobre la película:
Rodolfo Barrera es un dirigente sindical corrompido, enfrentado por un sector de los trabajadores que toman una fábrica y ya no lo reconocen como líder. El protagonista se autosecuestra (se esconde con su amante) días antes de la votación en su gremio, con el objetivo de ganar las elecciones, acusando a la lista opositora por el secuestro. A medida que se desarrolla el conflicto principal, se narra en paralelo la historia de Barrera, desde sus inicios como joven peronista rebelde que defiende a sus compañeros y organiza las bases de su fábrica, hasta su decadente actualidad en la que negocia con la patronal y gana la conducción del sindicato.
El tema central que desarrolla Raymundo Gleyzer (y el grupo Cine de la Base) es la burocracia sindical y el modo en que esta burocracia imposibilita prácticas democráticas dentro del movimiento obrero. El camino elegido es la puesta en escena de la formación de un burócrata, que deja de ser representante de los intereses de los trabajadores para convertirse en intermediario entre los trabajadores y el capital: un traidor a su clase, que ya no es un obrero ni un patrón. Gleyzer expone aquí su visión de la lucha interna dentro del sindicalismo, de las diversas corrientes ideológicas, la resistencia contra la dictadura militar de fines de los años sesenta, y la toma de conciencia de los trabajadores -a partir de la experiencia-, de que las organizaciones sindicales tradicionales ya no los representan.
Dentro de la filmografía de Raymundo, Los traidores corresponde al tercer período de acuerdo a la secuencia que definen Fernando Peña y Carlos Vallina: luego de una etapa etnológica y otra de periodismo de investigación, entre 1971 y 1976 este director se suma al cine clandestino militante, al servicio del entonces Partido Revolucionario de los Trabajadores. El polémico final de la película generó en su tiempo intensas discusiones a partir de las cuales el PRT pidió que no se pasara más la película en nombre del partido. Gleyzer y su grupo empiezan a trabajar entonces en un epílogo diferente, pero el golpe de Estado de 1976 y la desaparición de Raymundo, el 27 de mayo de ese mismo año, dejan trunco el proyecto de cambio.
El tema central que desarrolla Raymundo Gleyzer (y el grupo Cine de la Base) es la burocracia sindical y el modo en que esta burocracia imposibilita prácticas democráticas dentro del movimiento obrero. El camino elegido es la puesta en escena de la formación de un burócrata, que deja de ser representante de los intereses de los trabajadores para convertirse en intermediario entre los trabajadores y el capital: un traidor a su clase, que ya no es un obrero ni un patrón. Gleyzer expone aquí su visión de la lucha interna dentro del sindicalismo, de las diversas corrientes ideológicas, la resistencia contra la dictadura militar de fines de los años sesenta, y la toma de conciencia de los trabajadores -a partir de la experiencia-, de que las organizaciones sindicales tradicionales ya no los representan.
Dentro de la filmografía de Raymundo, Los traidores corresponde al tercer período de acuerdo a la secuencia que definen Fernando Peña y Carlos Vallina: luego de una etapa etnológica y otra de periodismo de investigación, entre 1971 y 1976 este director se suma al cine clandestino militante, al servicio del entonces Partido Revolucionario de los Trabajadores. El polémico final de la película generó en su tiempo intensas discusiones a partir de las cuales el PRT pidió que no se pasara más la película en nombre del partido. Gleyzer y su grupo empiezan a trabajar entonces en un epílogo diferente, pero el golpe de Estado de 1976 y la desaparición de Raymundo, el 27 de mayo de ese mismo año, dejan trunco el proyecto de cambio.
Sobre el director:
“Nosotros no hacemos films para morir, sino para vivir, para vivir mejor. Y si se nos va la vida en ello, vendrán otros que continuarán…”
Raymundo Gleyzer
Raymundo Gleyzer
Raymundo Gleyzer nació a principios de los años cuarenta, hijo de Jacobo Gleyzer, un inmigrante ruso ucraniano, y de Sara Aijen, actriz y fundadora del Teatro IFT. A los 20 años deja sus estudios en Ciencias Económicas y se anota en la Escuela Superior de Cine de la Universidad Nacional de La Plata. Sus primeros pasos fueron como fotógrafo social (tenía un estudio en el taller de un tío en La Paternal). Luego trabajó como periodista y cineasta. Fue el primer argentino que filmó en las islas Malvinas (para Telenoche, en 1966), y también el primero en enviar informes fílmicos sobre el trabajo en la zafra azucarera en Cuba, a fines de los sesenta. Trabajaba además como director de cortos institucionales para ganarse la vida, y colaboró en distintos rubros de producción en otras películas del cine argentino, entre las que se destaca su participación como camarógrafo en Adiós Sui Generis (Bebe Kamín, 1975).
En cuanto a su filmografía, realizó los cortometrajes El ciclo (ficción, 1963), La tierra quema (1964), Ceramiqueros de Tras la Sierra (1965), Pictografías de Cerro Colorado (1965), Ocurrido en Hualfin (1965, junto a Jorge Prelorán), y Quilino (1966, junto a J. Prelorán). En 1971 dirige el largometraje documental México, la revolución congelada, y luego inicia su etapa militante en el Partido Revolucionario de los Trabajadores, filmando dos comunicados del Ejército Revolucionario de los Trabajdores, en 1972 (el primero,sobre el asalto al Banco Nacional de Desarrollo, el segundo sobre el frigorífico Swift y el secuestro del cónsul británico), además del documental Ni Olvido ni perdón, sobre los fusilamientos de presos políticos en la base de Trelew. Al año siguiente presenta el largometraje de ficción Los traidores, junto a Cine de la Base, y en 1974, con el mismo grupo, concluyen el documental Me matan si no trabajo y si trabajo me matan.
Cine de la Base es creado por Raymundo Gleyzer por la necesidad de difundir sus películas militantes clandestinas. Gleyzer no tenía interés en que estas se dieran en una sala: tenía que ir a la base y la base no iba al cine. Al cine iba la clase media. Él quería que la película se viera en las villas, en los sindicatos, en las fábricas. Desde ese punto se concibe Cine de la Base como grupo de difusión y también de producción militante.
Gleyzer vivió en nuestro barrio desde sus primeros días hasta que se casó. Lo secuestró la dictadura militar el 27 de mayo de 1976, y está desaparecido desde entonces. Su mujer, Juana Sapire (sonidista de Cine de la Base) vive hoy en Nueva York, al igual que su hijo Diego.
En cuanto a su filmografía, realizó los cortometrajes El ciclo (ficción, 1963), La tierra quema (1964), Ceramiqueros de Tras la Sierra (1965), Pictografías de Cerro Colorado (1965), Ocurrido en Hualfin (1965, junto a Jorge Prelorán), y Quilino (1966, junto a J. Prelorán). En 1971 dirige el largometraje documental México, la revolución congelada, y luego inicia su etapa militante en el Partido Revolucionario de los Trabajadores, filmando dos comunicados del Ejército Revolucionario de los Trabajdores, en 1972 (el primero,sobre el asalto al Banco Nacional de Desarrollo, el segundo sobre el frigorífico Swift y el secuestro del cónsul británico), además del documental Ni Olvido ni perdón, sobre los fusilamientos de presos políticos en la base de Trelew. Al año siguiente presenta el largometraje de ficción Los traidores, junto a Cine de la Base, y en 1974, con el mismo grupo, concluyen el documental Me matan si no trabajo y si trabajo me matan.
Cine de la Base es creado por Raymundo Gleyzer por la necesidad de difundir sus películas militantes clandestinas. Gleyzer no tenía interés en que estas se dieran en una sala: tenía que ir a la base y la base no iba al cine. Al cine iba la clase media. Él quería que la película se viera en las villas, en los sindicatos, en las fábricas. Desde ese punto se concibe Cine de la Base como grupo de difusión y también de producción militante.
Gleyzer vivió en nuestro barrio desde sus primeros días hasta que se casó. Lo secuestró la dictadura militar el 27 de mayo de 1976, y está desaparecido desde entonces. Su mujer, Juana Sapire (sonidista de Cine de la Base) vive hoy en Nueva York, al igual que su hijo Diego.
Sobre Arrufat y la Cooperativa Vivise:
La fábrica de chocolates Arrufat funciona en la calle Tres Arroyos al 700. En ella trabajan más de cincuenta personas que arrastran un conflicto con la patronal desde hace varios meses, en el que por una disputa de intereses entre socios (Diana Arrufat y Daniel Sampinelli), no cobraban sueldos, aguinaldos ni aportes jubilatorios, además de ser testigos del vaciamiento progresivo de la fábrica (no se reponían las materias primas). A fines del año 2008, Diana Arrufat quiso mandar a los trabajadores a sus casas hasta nuevo aviso, ante lo cual ellos decidieron ocupar la fábrica para cuidar sus puestos de trabajo y las máquinas que estaban adentro. El sindicato de Alimentación los dejó solos, pero apoyándose en el ejemplo de otras empresas recuperadas (como Indugraf y el Hotel Bauen), decidieron conformar una cooperativa y seguir produciendo. La fábrica Arrufat está hoy en día gestionada por sus trabajadores, y produce sin patrón. Proyectar en este espacio es, para el cineclú itinerante del barrio, una forma de apoyarlos y acompañarlos en su lucha.
Sugerencias, críticas, comentarios: lapaternalcineambulante@gmail.com
1 comentario:
Hola, felicito la iniciativa de pasar este trabajo excelente de Raymundo Gleyzer, un film ultra jugado.
Saludos y sigan adelante
Pablo Pazs
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